domingo, 8 de marzo de 2009

Un momento

Cosa curiosa la de hoy… un día deprimente pese a ser un día de sol primaveral, y pájaros trinado y saltando de aquí a allá. Hoy hubiera sido el cumpleaños de una de las personas más importantes que se han cruzado por mi corto bagaje en este mundo: mi abuelo. Ya ésta mañana en la mente el día se presentaba turbio, con tormentas agitándose y al fin la tormenta llegó, y lo hizo de diversas formas. Me he planteado hoy cosas extrañas, raras y nuevas. Extrañas en tanto que nuevas para mí, cosas que no me había planteado hasta la fecha ¿Qué tipo de persona soy? No he hallado respuesta alguna puesto que no entraré a auto valorarme como persona de ahí siempre surge una especie de concepción narcisista de uno mismo y no quiero caer en esa desgracia, me limito a decir de mí que me gustan más los mimos que a un tonto un lápiz. Raras en tanto a que también son nuevas y a mí se me antojan raras y son raras porque yo lo digo y santas pascuas, preguntas del tipo ¿Me enamoraré algún día? ¿Existe ese amor que, dicen, te hace sentir cosas raras en el estómago y que es interminable, eterno? ¿Hay un más allá? Y así ha pasado mi día auto preguntándome cosas absurdas al tiempo que hacía otras cosas no tan absurdas.
Aún habiéndome acribillado a preguntas no he sacado respuestas. La única respuesta acorde con lo que sentía hoy ha sido un arranque de lágrimas al llegar frente al nicho de mí Abuelo y ahí ha salido gran parte de un diablo que me persigue desde hace ya dos años y es que mi Abuelo, Andaluz como él era y amante de su Tierra debería estar donde él siempre quiso descansar: en su tierra entre los olivos que le vieron crecer. Y mis lágrimas que no querían parar de salir y ahora salen otra vez porque, sabed, que mi abuelo está en una caja de madera metido a kilómetros de esos olivos, cuando él dijo que quería ser quemado y esparcido por sus olivos y ¿Qué hizo que no fuera así? El egoísmo más puro el yo lo quiero retener aquí y, al fin, para qué si igualmente lo único que queda es un trozo de piedra inútil con su nombre grabado, al menos, ahí donde debiera estar te quedaría el consuelo de saber que una parte de él ya se ha integrado en otro ser viviente aunque sea como nutriente. Y así el día ha sido largo, tortuoso y cansado.

2 comentarios:

Miaka dijo...

Wenas Hika, el mundo esta lleno de esas preguntas, no te desanimes, que por muy mal que esten las cosas al final vemos algo bueno.

Tu abuelo esta y estará siempre orgulloso de tí.

Aunque es un poco tarde te doy todo mi apoyo para que pases este bache.

Miaka

Tania dijo...

gracias welita! Sabes k n Terrassa siempre habrá un sitio para ti. Tengo ganas de abrazarte y decirte que te aplikes tu propio cuento, en realidad no estoy desanimada fue ese día en especial.Ésta semana se está haciendo especialmente dura pero estoy bien en términos generales.
Besazos pa la mas guapa de Madrid. Te quiero!